
Desde siempre me ha gustado viajar en coche sin grandes planes de viaje, lo que hace que descubras bellos rincones que están normalmente fuera de los recorridos turísticos. Si a eso añadimos que entre mis hobbys está leer bastante, pero no novelas o libros, que también, sino sobre todo revistas de historia, arte, viajes, y etnografía, hace que tenga apuntados en la memoria un sinfín de lugares, pueblos, etc. de nuestra geografía que visitar.
Y uno de estos rincones es este pueblo de Urueña, una villa medieval que conserva aún el sabor rancio del siglo XIV en que fue amurallado, y una más antigua ermita románica a las afueras del pueblo.
En este pequeño pueblo hay varios pequeños museos, uno de ellos de campanas. La próxima vez que vayan por la N-VI, olviden las áreas de servicio para tomar un café, y desvíense a este pequeño pueblo. No se arrepentirán.
Y uno de estos rincones es este pueblo de Urueña, una villa medieval que conserva aún el sabor rancio del siglo XIV en que fue amurallado, y una más antigua ermita románica a las afueras del pueblo.
En este pequeño pueblo hay varios pequeños museos, uno de ellos de campanas. La próxima vez que vayan por la N-VI, olviden las áreas de servicio para tomar un café, y desvíense a este pequeño pueblo. No se arrepentirán.
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