martes, 12 de octubre de 2004

Sacré-Coeur


Divisable desde gran parte de la ciudad, la iglesia de Sacré-Coeur es una de las postales típicas de París, y eso que cuando la hicieron y durante mucho tiempo (incluso en la actualidad) las críticas por su fealdad (para gustos hicieron los colores, que dice el refrán) fueron habituales.
Coronando la zona de Montmartre se encuentra está iglesía; desde su cúpula las vistas de la ciudad son estupendas, y la zona donde está ubicada, cerca del Boulevard de Clichy invita a pasear, y no sólo porque allí se encuentre uno de los iconos de la ciudad, el Moulin Rouge.

Le Panthéon


Es una antigua iglesia, ahora convertida en templo laico, donde están enterradas los franceses más importantes desde la época de la Revolución. Los primeros restos que fueron trasladados fueron los de Rousseau, Voltaire y Mirabeau.
Muchos otros han sido enterrados después aquí, Victor Hugo, Braille, Dumas, ... y sólo dos mujeres, la primera Marie Curie (de origen polaco y ganadora de dos premios Nobel).
A la entrada una inscripción en la que se denota que cuando fue puesta no se contaba con que alguna mujer fuera allí enterrada: Aux grands hommes, la patrie reconnaissante (A los grandes hombres, la patria agradecida).
Otra curiosidad es que en su interior podemos observar en funcinamiento el péndulo de Foucoult

Memorial du Martyr Juif Inconnu


Este es uno de los lugares que más impresiona en la Ìle de la Cité parisina. Se encuentra al final de los jardines que hay a espaldas de Notre-Dame. Cada lamparilla representa un judío muerto a manos de los nazis en la II Guerra Mundial en la ciudad.
En el interior hay unos pequeños triángulos con los nombre de los campos de concentración, y a la entrada una inscripción con el texto: perdonaremos, no olvidaremos nunca. La interpretación es libre.

Cathédrale Notre-Dame


El cine norteamericano es lo peor que hay para la cultura y la historia, al menos para aquella que pertenece a lugares fuera de su geografía. Lo que vemos en la imagen es una quimera y no una gárgola, como es mal llamada. Y además fuera de época, ya que aparecen en películas en fechas que aún no existían.
Estas pétreas esculturas se denominan quimeras ya que en paleontología se denominó así cuando se descubrían fósiles y que se pensaban que pertenecían a un sólo ser, y luego se descubría que eran partes de más de uno.
En cambio gárgola viene del francés, de la palabra gargouille, algo así como hacer gárgaras, y que es como se denominaban a los desagües de los tejados de las grandes catedrales, ya que hacían un ruido semejante al pasar el agua por ellas, como además representaban a seres de los bestiarios o los infiernos medievales, época en que se construyeron, pues de ahí puede venir la confusión.
Las quimeras que adornan las torres de la Catedral, se deben a Eugène Viollet-le-Duc, que realizó una reconstrucción a finales del siglo XVIII.

domingo, 10 de octubre de 2004

Tour Eiffel


El icono por antonomasia es esta torre, que curiosamente fue construida para ser eliminada meses más tarde. Se construyó exclusivamente para la Exposición Universal de París de 1889, centenario de la Revolución Francesa, y lo único que no se demolió fue está torre de 300 metros de altura.
Son
impresionantes las vistas desde lo alto, y recomiendo no sólo visitarla, sino llegar a su ubicación desde la plaza del Trocadéro, ya que personalmente, es llegando desde ese lugar, desde donde mejor se ve.

Musée d´Orsay


El edificio del museo de Orsay, fue tiempo atrás una estación de ferrocarril, lo cual es fácilmente observable cuando uno se encuentra en su interior.
El hecho de que relativamente cerca se encuentre el descomunal museo del Louvre, no debe hacer que pasemos de largo sin entrar en este museo, ya que nos perderíamos grandisimas obras de autores como van Gogh, Delacroix, Manet, Degas, Toulouse-Lautrec, Monet, Renoir, Pissarro, Sisley, Cézanne, Gaugin, Matisse, ...

Musée du Louvre


Está es la tercera vez que visito el Louvre, y espero que no sea la última. Una visita completa supone hacer varios kilómetros, más de los que uno se imagina, pero merece la pena. Claro que para muchos es sólo el lugar donde se encuentra la MonnaLisa de Leonardo Da Vinci, y lugar de peregrinación desde de que un pésimo escritor creara una novela, puede que entretenida, pero llena de falsedades.
De todas formas hay otras obras maestras, desde La victoria de Samotracia a la Venus de Milo, pasando por muchas otras que no están rodeadas de centenares de japoneses (y no japoneses) haciendo caso omiso de las indicaciones que prohíben hacer uso del flash de las cámaras de fotos en el museo.

sábado, 9 de octubre de 2004

Opéra


Acabo de llegar a París (de nuevo). En esta ocasión, cumpliendo una promesa que hice a mi bicho (sobrina), de traerla un fin de semana a ver la ciudad. Y el primer lugar donde la he traido a sido al Palace de l´Opéra diseñada por Garnier.
He de decir que el bicho es una fan de El fantasma de la ópera, tanto de la película de 1962, como del musical compueso por Andrew Lloyd Webber que hemos visto recientemente en Madrid en su versión española, del escritor Gaston Leroux.
Quizás una de las partes más bellas sea su salón de baile, aunque otras zonas como los sótanos, o la propia sala de ópera también son bonitas. Y por supuesto el exterior del edificio.