martes, 12 de octubre de 2004

Cathédrale Notre-Dame


El cine norteamericano es lo peor que hay para la cultura y la historia, al menos para aquella que pertenece a lugares fuera de su geografía. Lo que vemos en la imagen es una quimera y no una gárgola, como es mal llamada. Y además fuera de época, ya que aparecen en películas en fechas que aún no existían.
Estas pétreas esculturas se denominan quimeras ya que en paleontología se denominó así cuando se descubrían fósiles y que se pensaban que pertenecían a un sólo ser, y luego se descubría que eran partes de más de uno.
En cambio gárgola viene del francés, de la palabra gargouille, algo así como hacer gárgaras, y que es como se denominaban a los desagües de los tejados de las grandes catedrales, ya que hacían un ruido semejante al pasar el agua por ellas, como además representaban a seres de los bestiarios o los infiernos medievales, época en que se construyeron, pues de ahí puede venir la confusión.
Las quimeras que adornan las torres de la Catedral, se deben a Eugène Viollet-le-Duc, que realizó una reconstrucción a finales del siglo XVIII.

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