lunes, 18 de diciembre de 2006

Castillo de la Mota


Si algo hay que agradecer a los Paradores Nacionales es la rehabilitación de lugares, castillos principalmente, que de no ser así, no serían más que ruinas siendo benévolos. El castillo de Benavente es una buena muestra. Sólo pervive una de las torres de lo que fue una gran fortaleza según se aprecia en las antiguas fotos que se pueden ver en su interior.
Benavente, buena villa y mejor gente.

Museo de los Caminos


A pesar de haber estado varias veces en Astorga, me sigue atrayendo acercarme a ver el Palacio Episcopal que diseño Antonio Gaudí para su amigo el obispo Grau.
Actualmente es el Museo de los Caminos, dedicado claro, a los Caminos de Santiago. Merece la pena detenerse a ver esta maravilla de la arquitectura de finales del siglo XIX.

domingo, 17 de diciembre de 2006

Inquisición


En un pequeño museo de la ciudad, encontré algunas de estas pequeñas maravillas que se esconden donde menos te lo esperas.
Por un lado una virgen esculpida por Pedro de Mena, cuya mejor parte apenas se aprecia, debido a que es su melena rizada y ensortijada, delicadamente tallada (sería de agradecer que colocaran un espejo estratégicamente situado de forma que se pudiera contemplar).
Una madera a camino entre el gótico y el románico que según me contó el guía encontraron recientemente en un desván, y que narra diferentes momentos de la Biblia.
Y una puerta enrejada de hierro, con siete cierres, y que como se puede ver en el escudo, perteneció a la Inquisición.

lunes, 24 de julio de 2006

Castelo Mendo


Estando en Almeida, entre en la oficina de turismo, y vi unas imágenes de este pueblo, así que no me lo pensé mucho, y metí los datos en el GPS y listo.
No me decepciono. Es un pueblo pequeñito, en el que te sientes como si una máquina del tiempo te hubiera hecho retroceder unas décadas. Y eso es lo que más me gusta, sentirme en una ciudad o en pueblo como si estuviera en el pasado.

Almeida


En un área de pocos kilómetros hay tres fortalezas de la época de las guerras napoleónicas, la de la ciudad portuguesa de Almeida, la de la Salmantina de Ciudad Rodrigo, y las derruidas del Fuerte de la Concepción, cerca de Aldea del Obispo, un pueblo salmantino.
Éste último fuerte, curiosamente, perteneció al igual que las tierras circundantes a mi familia. Mi padre vivió su niñez en Aldea del Obispo donde mi abuelo fue médico durante años.

Guarda


Cerca de la frontera de Fuentes de Oñoro, Salamanca, se encuentra la ciudad portuguesa de Guarda, que resulta ser la ciudad que está ubicada a mayor altura del país vecino.
Desde el punto más alto de la misma se pierde en la lejanía la mirada. Toda la zona está llena de fortalezas militares y castillos medievales que le servían de defensa ante las tropas castellanas.

domingo, 23 de julio de 2006

La rana


La rana de la fachada de la Universidad, se ha hecho un símbolo de la ciudad de Salamanca.
Hay muchas leyendas acerca de que le sucede al que la encuentra, aunque posiblemente la más cierta sea la que cuenta que los veteranos le preguntaban a los novatos si veían la rana de la fachada, y en caso negativo, le decían que si no era capaz de ver una rana en una pared, como pensaban sacar una carrera. De ahí a que si la ves apruebas los exámenes sólo hay un paso.
De todas formas no es está la única escultura curiosa que puedes ver en los monumentales edificios salmantinos, en la Catedral nueva (la ciudad tiene dos catedrales, como Plasencia) figuran un astronauta y un dragón comiéndose un cucurucho de helado de tres bolas, firma de los canteros que realizaron una de las últimas restauraciones. Pero sin duda hay otra, de la época de la fachada de la Universidad más curiosa, un hombre desnudo masturbándose. Tengo la foto que lo atestigua, y podría decir donde está, pero perdería la emoción de la búsqueda.

La Alberca


Y tras una buena comida, un café. Y ya puestos, éste a mitad de camino a Salamanca en uno de esos pueblos que tienen premios como pueblos de interés cultural.
El cuidado que sus gentes hacen de La Alberca, hace que sean muchos los que hasta aquí lleguen. Un pequeño descanso en su Plaza Mayor es un placer.

Peña de Francia


Y tras ver la exposición, un homenaje gastronómico en un lugar privilegiado y no muy conocido, el restaurante del monasterio de la Peña de Francia, desde donde se divisa gran parte de la provincia de Salamanca y parte del cercano Portugal.

Ciudad Rodrigo


Este era en un principio el destino de mi viaje, Ciudad Rodrigo y la exposición de este año de Las Edades del Hombre. También desconectar tras despedirme de la empresa donde he pasado más de cuatro años y empezar una nueva aventura en otra. Cuando no estás a gusto en un sitio, lo mejor es irte.
Es un pueblo que me trae recuerdos al estar en él. Fue donde nació mi padre, y aunque yo nunca viví aquí, hace que lo recuerde más intensamente. A la entrada del pueblo hay una estructura con tres columnas, que se han convertido en el símbolo de la ciudad y que mi padre llevaba en un llavero de plata.
Se creé que pertenecieron a algún templo romano. He contado tres inscripciones, dos de la época romana y una tercera de 1557 en que se pusieron en la plaza mayor.


sábado, 14 de enero de 2006

Pradollano



Estoy estrenando cámara. Hace tiempo que quería comprarme una réflex digital, y esta navidades me he regalado una Canon EOS 350D. Hay que adaptarse a los tiempos. Tenía una compacta Nikon de lo más simple de 2 MPixels, pero como una cámara reflex, ninguna.
He guardado mi vieja Ricoh X-RX, que conservaré con todo el cariño, ya que fue el último regalo que me hizo mi padre (bueno, me la regalo mi madre tras morir mi padre, pero el regalo que me había prometido si terminaba COU y entraba en Informática en la Universidad, algo de lo que se enteró solo unas horas antes de morir).
He subido a Pradollano a tomar un chocolate caliente tras ir a por aceite con mi extraordinario amigo Miguel Ángel y su novia Gema (buena amiga también, y ambos ex-compañeros de trabajo) a su pueblo, Benalúa de las Villas, e hincharnos a comer en Piñar, otro pueblo de Granada. Es algo que hacemos de vez en cuando con la excusa de ir a por aceite, darnos un homenaje en Piñar.
Tras comer subimos a Pradollano a que Gema vea la nieve sin necesidad de abrir el congelador del frigorífico. Subimos con las ventanas bajadas a pesar del frío, porque el MRQT en Piñar se ha hartado de morcilla como siempre.