viernes, 22 de agosto de 2008

Puertos de Áliva


Una vez en lo alto, y mientras me tomo un café pensando en bajar, veo un folleto con las rutas que se pueden hacer por estos lugares, y me decido por ir a comer al Hotel Áliva (3,5 Km) y volver. No sé si al borde de la ruta hay precipicios o si los paisajes son más o menos bonitos, ya que la vista no me alcanza a ver a más de 40 metros, las nubes lo cubren todo. Antes de llegar paso por el 'Chalet Real', antiguo refugio de los ingenieros de las minas del lugar y que debe su denominación a que allí se alojo Alfonso XIII en unas jornadas de cacería de rebeco.
El porqué estas zonas son cántabras y no asturianas se debe a que según se cuenta, los habitantes de Espinama (Cantabría) y Sotres (Asturias) se la disputaban cuando para solucionarlo decidieron enviar cada uno de ellos a unos hombres al otro pueblo para verificar que al cantar el gallo, salieran habitantes de uno y otro pueblo y allí donde se encontraran sería el límite de cada uno de los pueblos. Pero en Espinama emborracharon al gallo, con lo que cantó mucho antes que el de Sotres dándoles la oportunidad de que se hicieran con la mayor y mejor parte de los prados y tierras.

Teleférico de Fuente Dé (II)


Tras cuatro horas de espera, las nubes no solo no se levantan sino que cubren aún más el lugar, y aunque en el monitor que en la base del teleférico muestra una cámara instalada en lo alto, no se ve nada, me decido a subir.
Esta claro que el viaje será de ida y vuelta, ya que según el mismo monitor, hay 7º en la cima, y con las nubes no apetece hacer los 8 km a Espimana (más entre 3 y 5 para volver a Fuente Dé a recoger el coche).
En fín, subiré los 753 metros de desnivel que hay entre la base de Fuente Dé (1094 m) y el Mirador del Cable (1847 m) en un instante. El mirador es un auténtico balcón que da al vacío y desde el que se debe dominar una panorámica fantástica (los días que no hay nubes o niebla como hoy).

Teleférico de Fuente Dé (I)


Hace unos años me quedé con ganas de subir en el teleférico de Fuente Dé, los cientos de personas que esperaban turno hacían que la espera fuera larga y sin tiempo posible para poder disfrutar de un paseo por los Picos de Europa.
En esta ocasión madrugué con la intención de llegar temprano, pero el tiempo no acompañaba, y las nubes cubrían la parte alta, así que como era temprano decidí tomarme un buen desayuno y esperar a ver si desaparecían.
En Fuente Dé, nace el río Deva, al pie mismo de los Picos de Europa. Tras subir se accede a los Puertos de Áliva, motivo por el cual Fuente Dé es muy frecuentado por excursionistas. También se puede llegar a través de una pìsta forestal desde el cercano pueblo de Espinama tras recorrer 8 Km. y salvar un desnivel de aproximadamente 750 metros que son los que salva el teleférico.

jueves, 21 de agosto de 2008

Taramundi


Este pequeño pueblo, esconde mucha riqueza. Su lema de 'descubre el paraíso' quizás sea exagerado, ya que en Asturias hay muchos paraísos.
Aquí podemos encontrar cuatro pequeños museos, cuatro joyas: el etnográfico de Texóis, el de Esquíos, el de los molinos de Mazonovo y la Casa del Agua de Bres.
Todo eso aparte de la artesanía del telar y el cuero, y sobre todo de las navajas, con mangos de broxe o brezo que dos docenas de artesanos aún realizan de forma artesanal.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Mirador de la Providencia (III)


Las vistas son tremendas, a lo lejos se puede divisar el Cabo de Peñas, que está a varias decenas de kilómetros de Gijón.
La imagen está tomada con teleobjetivo para que se pueda apreciar mejor.

Mirador de la Providencia (II)


Como se puede ver el lugar está en un entorno fabuloso, donde la gente va a pasear, merendar, hacer volar las cometas, etc.
Cerca hay aún merenderos típicos, dónde lo único que has de consumir es la bebida, mientras que puedes ir con tu bocadillo, tu tortilla de patatas o tus filetes empanados.

Mirador de la Providencia (I)


Aunque el mirador más conocido de Gijón es el de Cimadevilla, donde se encuentra la escultura de Chillida Elogio del Horizonte (más conocida como el Eulogio o el váter de KingKong), justo en dirección contraria se encuentra el mirador de la Providencia, al que se accede o por carretera (para vagos) o recorriendo el paseo marítimo desde la Iglesias de San Pedro atravesando la Playa de San Lorenzo, el rio Piles, el camping, y siguiendo la costa durante unos 7 Km.

martes, 19 de agosto de 2008

Mirador del Fito


De vuelta a Arriondas desde Colunga, de nuevo en el Fito, es la hora de la puesta de sol, y aunque cae un fino orballo, una parada para disfrutar de la bella estampa.
Durante la subida (y bajada) no sólo hay que atender a las curvas cerradas y estrechas, sino también a las vacas que van a su libre albedrío por la carretera, se detienen en cualquier sitio o se tumban al lado de los quitamiedos en el estrecho arcén.
Y está vez, además, un pequeño jabato que decide cruzar de lado a lado. Es cierto que no es la primera vez que se me cruza algún animal por la carretera, ya he tenido experiencias con vacas en otras partes de Asturias, jabalíes en los Pirineos, ciervos en Cazorla, conejos (gazapos a decenas) en Orleans, y dos burros en la Autovía A-92 a la altura de Osuna de noche. Pero salvo está última que comento siempre te lo esperas.

Luarca


Otra cosa que llama mucho la atención en Luarca, son los vestuarios que hay alrededor de la playa. No son públicos, sino que pertenecen a las familias luarquesas.
Pero aparte de la belleza del pueblo del concejo de Valdés, también podremos ver varios ejemplares de calamares de hasta 13 metros en el Aula del Mar, o visitar sus barrios antiguos (s.XVIII y posteriores) o palacios como el de los marqueses de Ferrera.

Cementerio de Luarca


Si algo puede definir este lugar, es un pensamiento que vieo a la mente mientras lo visitaba: Saber vivir (bien), saber morir (mejor).
Y es que en Luarca, una de las mejores vistas de la ciudad, puerto y playas son las que se ven desde el cementerio. Un descanso eterno pero con vistas al mar, y no como en otros lugares que sales de una colmena, un bloque de pisos, para formar parte de otra colmena, el nicho.
Y entre aquellos que han encontrado aquí su última morada, el luarqués más ilustre: Severo Ochoa, premio Novel de medicina y fisiología en 1959.

Faro del Cabo de Peñas


Siempre que visito Asturias y me es posible, ir a comer al Cabo de Peñas es casi una obligación. No sólo por que el restaurante que allí se ubica cumple las tres bes (bueno, bonito y barato), sino por el lugar en sí.
Tras disfrutar de una magnifica comida (menú de 11€, sidra aparte) consistente en fabes con marisco (medio centollo en una fuente que dio para llenar tres platos de alubias), bonito con tomate (tres rodajas de un dedo de grosor y del tamaño de un CD), tarta de frisuelos (bestial), con sidra para ayudar a bajar al estómago, lo mejor es un paseo y disfrutar del paisaje.
Desde la última vez que estuve, han abierto en el Faro un Centro de Recepción de Visitantes e Interpretación del Medio Marino de Peñas.
Y hablando de Faros, siempre que alguien en el trabajo me dice: 'te envío un pantallazo' (captura de pantalla del ordenador) pienso que menos ma que el que lo dice es un inculto, porque sino seguro que me deja ciego (según la RAE, pantallazo: destello intermitente de la luz de un faro).

lunes, 18 de agosto de 2008

Museo del Jurásico de Asturias


Recientemente ha abierto sus puertas el MUJA (Museo del Jurásico de Asturias). Y es que la Historia de Asturias se remonta al principio de los tiempos. En la antigüedad, y antes de romanos y celtas, muchos siglos atrás ya estuvo poblada en el Paleolítico, algo que se puede apreciar en muchas de las cuevas bellamente pintadas con manos, bisontes, cazadores, e incluso un caballo. Cuevas como la del Buxu o Tito Bustillo.
Pero antes que ellos, ya los dinosaurios dejaron sus huellas en las costas de Colunga, como las huellas de un dinosaurio saurópodo de las más grandes del mundo en la Playa de la Griega.
El museo con piezas autenticas y réplicas, tiene forma de huella de dinosaurio. Ah!, la foto no es lo que parece, es sólo que escogí el ángulo más divertido.