domingo, 23 de julio de 2006

Ciudad Rodrigo


Este era en un principio el destino de mi viaje, Ciudad Rodrigo y la exposición de este año de Las Edades del Hombre. También desconectar tras despedirme de la empresa donde he pasado más de cuatro años y empezar una nueva aventura en otra. Cuando no estás a gusto en un sitio, lo mejor es irte.
Es un pueblo que me trae recuerdos al estar en él. Fue donde nació mi padre, y aunque yo nunca viví aquí, hace que lo recuerde más intensamente. A la entrada del pueblo hay una estructura con tres columnas, que se han convertido en el símbolo de la ciudad y que mi padre llevaba en un llavero de plata.
Se creé que pertenecieron a algún templo romano. He contado tres inscripciones, dos de la época romana y una tercera de 1557 en que se pusieron en la plaza mayor.


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