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viernes, 9 de septiembre de 2011

Valladolid

Antes de dar la vuelta a casa, termino la semana en Valladolid (también en fiestas) y aprovecho para pasar la tarde con uno de mis primos que allí reside. La primera visita tras la plaza mayor es a la Catedral, obra inacabada (y yo que pensaba que la de Málaga era la única, está si que está a medio hacer).Cerca está la iglesia de Santa María la Antigua, de la que se conserva la torre románica, aunque el resto ya es gótico.

Luego sin dudarlo me dirijo al Museo Nacional de Escultura repartido entre el Colegio de San Gregorio, la Iglesia de San Benito el Viejo, el Palacio de Villena y el Palacio Conde de Godomar o Casa del Sol. Buen lugar para disfrutar de magnificas esculturas de Gregorio Fernández, o el retablo de la iglesia de San Benito el Real de Berruguete que ocupa varias salas, Diego de Siloé, Juan de Juni o el malagueño Pedro de Mena.

Y ahora a pensar en un nuevo viaje.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Plaza del Coso

Paso la tarde visitando el Museo del Vino y el castillo de Peñafiel donde se encuentra, en el que entre otros detalles se muestra uno de los primeros aseos de la época (un cubículo en la torre del homenaje con un agujero que desciende al pozo de aguas negras).Desde que León Ramiro II hizo la primera construcción, de la que se apoderó Almanzor, al que echó Sancho Gracia, ha pasado por muchos hechos históricos: Alfonso I el Batallador fue sitiado por su esposa Urraca de Castilla por desavenencias matrimoniales primero, y por su suegro Alfonso VI después; Fernando III el Santo se lo donó a su hijo Alfonso X el Sabio y este a su sobrino el infante don Juan Manuel. Luego fue de Pedro I el Cruel, Juan I, Fernando de Antequera, Juan II de Aragón, Juan II de Castilla que lo mando derruir, y luego se lo dio a la Orden de Calatrava para que lo reconstruyera.

El caso es que la guía nos habló de la Plaza del Coso, y allí me fui. Es una curiosa plaza en la que se monta la plaza de toros desde el s. XVIII y en la que las casas tienen que ceder sus balcones durante los festejos ya que tienen lo que se denomina Servidumbre de Balcón. Y no solo ahí el dato curioso, en la parte exterior que queda entre el ruedo y la plaza, también de albero, se torea al unísono con el que se hace en el ruedo. Es decir, dos corridas a la vez. Aunque sólo sea una vez al año, en las fiestas de San Roque en agosto.

Santa María de Valbuena

Y después de comer, por el camino, veo el desvío al Monasterio de Santa María de Valbuena, sede de la Fundación Las Edades del Hombre, por lo que es una parada obligada. Cómo otros muchos este monasterio del siglo XII de origen Benedictino sufrió la desamortización. Aún así se conserva bastante bien, y no solo el claustro y su iglesia, sino también la conocida como capilla de San Pedro o del Tesoro, del s. XIII con pinturas murales góticas de gran belleza, que muestran combates entre cristianos y musulmanes, la adoración de los reyes magos o a doña Urraca con su séquito.

La orden monástica del mismo era de origen cisterciense y regla de San Benito con su ora et labora, a su alrededor se organizaron sus granjas de explotación agraria y ganadera e incluso llegaron a tener molinos de cuatro y hasta seis ruedas. No solo tenían campos de cereales y huertas sino que uno de los cultivos más importantes era el de las viñas, lo que se extendió por la zona. No solo se elaboraba vino para su consumo (ya fuera personal o litúrgico) sino que se comercializaba el excedente que se producía en sus lagares. Cerca se encuentra uno de los Pagos más importantes de la Ribera del Duero, el Pago de la Vega de Santa Cecilia y Carrascal, del que derivó su actual nombre de Vega-Sicilia.

Simancas

Viendo que no era posible visitar en Toro la colegiata, tiro en dirección a Peñafiel, para ver el castillo y el museo del vino que se encuentra en él. Por el camino y como el hambre aprieta me detengo en Simancas, junto al castillo que fue de los Almirantes de Castilla, hasta que los Reyes Católicos lo reclamaron como prisión, y donde haciendo uso del garrote vil fue ajusticiado el obispo de Zamora y comunero, don Antonio de Acuña, en la que ahora se conoce como torre del Obispo.

En tiempos de Felipe II se convierte en Archivo General del Reino, función con la que sigue actualmente. A pesar de ser festivo aquí también, puedo visitarlo y me encuentro otra vez con el testamento de Isabel la Católica (tras estar en Medina del Campo en el Palacio Testamentario donde murió y lo redactó, y por los restos del palacio en Toro donde fue leído).

Al menos, el ser festivo, me sirve de algo. El lugar donde me da por quedarme a comer, me ofrece en el menú del día el típico lechazo asado precisamente por ser las fiestas.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Castillo de la Mota

El castillo de la Mota, conserva en sus muros las marcas de la artillería en alguna de las batallas que libró el abuelo de Isabel la Católica. La explanada que lo antecede tiene un diseño que marca las trayectorias que debían haber seguido los disparos desde sus muros. Una artillería que estaba en sus inicios, y que era más peligrosa y causaba más bajas entre los artilleros que para los enemigos. Debían estos no hacer un nuevo disparo sin que al menos transcurriera una hora si no querían que les explotara la bombarda o cañón, que tras el disparo se había puesto al rojo vivo. Igualmente los túneles donde se colocaban estaban llenos de respiraderos para evitar su asfixia.

En este castillo sirvió de prisión de ilustres (Juana la Loca, el conde Aranda, César Borgia o Hernando Pizarro), aunque era una prisión un tanto peculiar, ya que gozaban de sirvientes, y por ejemplo Hernando Pizarro vivió con su mujer e hijos, algunos de ellos concebidos y nacidos en el propio castillo.

Actualmente, al uso turístico se une el de centro de congresos, cursos, seminarios, etc. con el nombre de La Latina, profesora de latín de la reina católica, a la que debe su nombre el popular barrio madrileño.

martes, 6 de septiembre de 2011

Villalón de Campos

En un folleto de la Diputación de Valladolid que amablemente me regalaron en el hotel rural donde me alojo, reflejaba que en esta localidad se encontraban varios monumentos dignos de ver: un rollo gótico jurisdiccional, la iglesia de San Miguel de estilo gótico mudéjar (en la que se encuentra el sepulcro de un clérigo lo suficientemente importante como para que fuera esculpido por Juan de Juni, y una Virgen con niño de Berruguete), y diversas iglesias más entre las que se encuentra la de San Pedro con una torre de cinco pisos.

Ciertamente merece una parada y descansar en la plaza que contiene el rollo, punto de afluencia generalizada de los habitantes del lugar.

Monasterio de la Santa Espina

Antiguo monasterio de la orden del Cister, hoy centro de enseñanza de capataces agrarios de la Junta de Castilla y León, tras diversos avatares tras la Desamortización de Mendizábal, aquel destructor de patrimonio histórico, apenas conserva del románico más que su sacristía. Por otro lado, lo mejor conservado es la sala capitular.

La iglesia perdió durante la invasión napoleónica el retablo de alabastro de Berruguete. Actualmente tiene el que fue del Monasterio de Retuerta. Conserva varias capillas, como la gótico flamígera de los Vegas, la de San Rafael y la capilla de las reliquias, de las que ya solo conserva la reliquia de la Santa Espina (según se dice fue entregada por doña Sancha al monasterio y perteneció a la corona de espinas que llevo Jesucristo). También posee dos claustros, uno del s. XVI y otro del XVII.

Y es aquí donde según la historia, el rey Felipe II reconoce a su medio hermano el Duque de Alba como hijo ilegitimo del Emperador Carlos I.

Castillo de Tiedra

No tenía en mente parar, pero al ver el castillo desde la carretera, decidí hacer un alto en el camino, total, no había prisa. Y ahí, en medio de los Montes Torozos, se encuentra este castillo del s. XII, donde cada año se celebra un asalto durante el Encuentro con el Medioevo.

Castillo que aunque nadie lo ponga en el mapa, en el mundo entero han podido verlo, ya que es uno de los que aparecen en la película El Cid con Charlton Heston y Sofia Loren, en la que para variar, los guionistas le dan tres patadas a la historia, más si estos son de los Estados Unidos.

Canal de Castilla


Tras ver la mitad de la exposición de Las Edades del Hombre de este año en Medina de Rioseco, y como desde hace tiempo quería pasearme por el Canal de Castilla, me dirijí a la Darsena. Como a pesar de que ahora en algunos tramos los árboles flanquean el camino de sirga, hace demasiado calor como para recorrerlo a pie, un paseo en barco tampoco es mala opción. Y más si te dejan sentarte fuera en la proa a disfrutar del paisaje y hacer fotos.

El canal tras muchos avatares se empezó a construir a mediados del s. XVIII a semejanza de los que ya existían en el resto de Europa. Y eso que había proyectos similares desde el s. XVI, pero en España se hace todo tarde, y se abandono con la llegada del ferrocarril, que rápidamente lo sustituyo para el transporte de mercancías.

La idea era la de poder transportar cereales y procesados (en Medina de Rioseco está una antigua fábrica de harinas) tanto a Madrid como a los puertos del norte, en un principio a Santander, pero se quedo en Alar del Rey. Otro ramal llega a Valladolid desde El Serrón, pasando cerca de Palencia. Nunca llego a Madrid ni se comenzó el que iba a ir a Segovia.

viernes, 4 de mayo de 2007

Real Monasterio de Santa Clara


De camino a León, he parado en Tordesillas para que la familia viera algunos de los lugares que yo visité el año anterior y que me gustaron. Uno de ellos fue este monasterio, donde pasó sus últimos días uno de los personajes más controvertidos de nuestras historia, Juana la loca, hija de los Reyes Católicos, y madre del rey Carlos I de España (emperador Carlos V de Alemania).
El lugar es una belleza, un antiguo palacio árabe, que aún esconde restos de su pasado. Lástima que al ser usado como hospital en una epidemia de peste, una de sus salas, decorada con bellos frescos románicos, fuera encalada para prevenir la infección. Pero aún así guarda rincones dignos de verse.

domingo, 17 de diciembre de 2006

Inquisición


En un pequeño museo de la ciudad, encontré algunas de estas pequeñas maravillas que se esconden donde menos te lo esperas.
Por un lado una virgen esculpida por Pedro de Mena, cuya mejor parte apenas se aprecia, debido a que es su melena rizada y ensortijada, delicadamente tallada (sería de agradecer que colocaran un espejo estratégicamente situado de forma que se pudiera contemplar).
Una madera a camino entre el gótico y el románico que según me contó el guía encontraron recientemente en un desván, y que narra diferentes momentos de la Biblia.
Y una puerta enrejada de hierro, con siete cierres, y que como se puede ver en el escudo, perteneció a la Inquisición.

domingo, 10 de agosto de 2003

Urueña


Desde siempre me ha gustado viajar en coche sin grandes planes de viaje, lo que hace que descubras bellos rincones que están normalmente fuera de los recorridos turísticos. Si a eso añadimos que entre mis hobbys está leer bastante, pero no novelas o libros, que también, sino sobre todo revistas de historia, arte, viajes, y etnografía, hace que tenga apuntados en la memoria un sinfín de lugares, pueblos, etc. de nuestra geografía que visitar.
Y uno de estos rincones es este pueblo de Urueña, una villa medieval que conserva aún el sabor rancio del siglo XIV en que fue amurallado, y una más antigua ermita románica a las afueras del pueblo.
En este pequeño pueblo hay varios pequeños museos, uno de ellos de campanas. La próxima vez que vayan por la N-VI, olviden las áreas de servicio para tomar un café, y desvíense a este pequeño pueblo. No se arrepentirán.