viernes, 11 de febrero de 2011

Guadalupe

Aunque ya había visitado hace un montón de años el Monasterio de Guadalupe, tenía ganas de volver. En aquella ocasión era un caluroso mes de agosto con más de 40º. En esta ocasión apenas si llegabamos a los 15º.
Este monasterio con una mezcolanza de estilos (gótico, mudéjar, renacentista, barroco y neoclásico) se construyó entre los siglos XIII y XVIII, y aunque también sufrió la desamortización de Mendizábal, al menos no sufrió grandes desperfectos por ello. Originalmente de la orden de los Jerónimos (llegó a contar con más de 150 monjes), actualmente es la orden Franciscana con apenas una decena de monjes quién habita en ella. En parte, porque otra actualmente es una hospedería, en la que se incluye el claustro gótico.
Aquí se conserva el testamento original de Isabel la Católica, quién con su marido Fernando el Católico, visitó en 22 ocasiones, lo que da muestra de la devoción por la Virgen de Guadalupe de ambos. Años más tarde, será Alfonso XIII quién nombra a esta Virgen, Patrona de España.
Podemos disfrutar en su interior de obras de Juan de Flandes, Zurbarán, el Greco e incluso un Goya. Un cristo de Pedro de Mena, y otro atribuido a Miguel Ángel. Aparte del Museo de Bordados, podemos disfrutar además del Museo de Miniados con una importante colección de libros de grandes dimensiones y de obras de cantos gregorianos provenientes del scriptorium del propio monasterio de los siglos XIV al XVIII. Y el Libro de las Horas del Prior, del XVI.

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