martes, 12 de agosto de 2003

Mar de nubes


El Mirador del Fito siempre es sorprendente, con el cielo despejado se ven las montañas como pintadas por un niño, e incluso se divisa el mar, playas doradas, ... en esta ocasión el tiempo no acompañaba demasiado, pero permitía ver un mar de nubes que debajo del mirador ocultaba valles y montañas, con algún pico intentando decir aquí estoy yo.
A la subida, en el arcén de la carretera dos terneros permanecían tumbados en el único lugar por donde se filtraba el sol, calentándose un poco.

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