martes, 19 de agosto de 2008

Cementerio de Luarca


Si algo puede definir este lugar, es un pensamiento que vieo a la mente mientras lo visitaba: Saber vivir (bien), saber morir (mejor).
Y es que en Luarca, una de las mejores vistas de la ciudad, puerto y playas son las que se ven desde el cementerio. Un descanso eterno pero con vistas al mar, y no como en otros lugares que sales de una colmena, un bloque de pisos, para formar parte de otra colmena, el nicho.
Y entre aquellos que han encontrado aquí su última morada, el luarqués más ilustre: Severo Ochoa, premio Novel de medicina y fisiología en 1959.

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