martes, 19 de agosto de 2008

Mirador del Fito


De vuelta a Arriondas desde Colunga, de nuevo en el Fito, es la hora de la puesta de sol, y aunque cae un fino orballo, una parada para disfrutar de la bella estampa.
Durante la subida (y bajada) no sólo hay que atender a las curvas cerradas y estrechas, sino también a las vacas que van a su libre albedrío por la carretera, se detienen en cualquier sitio o se tumban al lado de los quitamiedos en el estrecho arcén.
Y está vez, además, un pequeño jabato que decide cruzar de lado a lado. Es cierto que no es la primera vez que se me cruza algún animal por la carretera, ya he tenido experiencias con vacas en otras partes de Asturias, jabalíes en los Pirineos, ciervos en Cazorla, conejos (gazapos a decenas) en Orleans, y dos burros en la Autovía A-92 a la altura de Osuna de noche. Pero salvo está última que comento siempre te lo esperas.

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