miércoles, 25 de febrero de 2009

... donde cantó la gallina después de asada


Eso cuenta la leyenda, el milagro más famoso atribuido a Santo Domingo de la Calzada es la historia de una familia alemana que caminaba hacia Compostela. Al pasar por Santo Domingo se alojaron en un mesón donde la moza de la casa sintió atraída por el hijo de la familia y se lo hizo saber. Pero el joven le díó calabazas y ésta, despechada, escondió un vaso de plata en el zurrón del chaval. En cuanto salieron, ella le acusó de haberle robado el vaso. Los oficiales le prendieron y ahorcaron al romero. Los tristes padres siguieron su romería y, de regreso de Compostela, descubrieron que su hijo seguía vivo en la horca, milagrosamente sostenido y protegido por Santo Domingo. Fueron a decírselo al juez del pueblo, que en aquel momento estaba en la mesa a punto de comer un plato de pollo. Al oir lo que le afirmaban los padres, replicó con ironía: "Esta historia es tan verdadera como que este gallo y esta gallina van a levantarse del plato y cantar." Así lo hicieron las aves, ante el asombro de todos.
Existen muchas versiones como la que se describe en los Milagros de Nuestra Señora de Gonzalo de Berceo (milagro número 6), en la Cantiga de Santa María número 175 de Alfonso X, el sabio, o en el Codex Calixtinus.

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