miércoles, 25 de febrero de 2009

Monasterio de Yuso


Empecemos con un poco de historia, de una época donde la importancia de un lugar o un monasterio es la de las reliquias que guarda.
San Millán, pastor nacido en el siglo IV en Berceo (como el primer poeta en castellano, Gonzalo de Berceo), es un eremita discípulo de San Felices, el de Haro. Cómo él, y tras sus enseñanzas, se traslada a vivir en una cueva, donde se encuetra ahora el Monasterio de Suso, donde fallece con poco más de cien años en el siglo V. La cueva se convierte en ermita, luego en iglesia y un pequeño cenobio con un abad.
Cuenta la leyenda que el rey Don García a mediados del siglo X, para dar importancia al monasterio que construía en Nájera, Santa María la Real, ordenó el traslado de los restos desde Suso a Nájera. En el traslado, los que lo trasportaban se quedaron clavados en el suelo en este lugar siendo incapaces de llevar más lejos los restos, lo que entendieron como un signo divino de que los restos no querían abandonar el lugar, así que manda construir en el lugar un nuevo monasterio donde se guardan sus restos hasta hoy, y en cuya primera misa predica Domingo de Silos.
Se le da el nombre de Yuso (del latín deorsum, abajo) en contraposición a Suso.

No hay comentarios: