martes, 28 de septiembre de 2010

Micaelis me fecit

Esta imagen, desde que la vi en uno de los programas de TVE y Peridis de 'Las Claves del Románico', se me quedó grabada en la retina. Tenía que verla. Es una auténtica rareza ver que en el pórtico, que representa la última cena, además de a Jesús y los 12 apóstoles, el escultor añade a la izquierda a un monje leyendo la biblia, y a la izquierda a él mismo con un libro como los que usaban de guía con los iconos a plasmar. Y no sólo se representa a si mismo en la tarea de esculpir, sino que añade el texto Micaelis me feci(t), es decir, Miguel me hizo, así que sabemos como se llamaba este magnifico escultor. Además, el hecho de que el pórtico estuviera guarnecido de la lluvia por una construcción añadida (como pasa también en el de la Catedral de Ciudad Rodrigo, Salamanca) hace que haya permanecido en un magnífico estado de conservación. E influye el hecho de estar en un pequeño pueblo donde la contaminación es mínima.
La iglesia en la que se encuentra, la de San Cornelio y San Cipriano en Revilla de Santullán, guarda este y otros tesoros, unos magníficos capiteles en el mismo pórtico, en el que destaca el de las tres Marías ante el Sepulcro, los frescos tardogóticos del interior, la pila bautismal románica (actualmente en un corralito, como la definió el guía, un lugareño de 85 años, amable y simpático), y una viga decorada que data de la construcción (s. XII).

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